EL HO´OPONOPONO
EL HO´OPONOPONO de Identidad Propia es un sistema rápido de solución de problemas hawaiano a través de la Divinidad, que nos enseña cómo desechar conceptos ancestrales y recuerdos heredados y a limpiarnos de sus ideas tóxicas y a hacer sólamente uso de la Inspiración, que procede de la Divinidad.
INTRODUCCIÓN
Permitidme una pequeña presentación de mis antecedentes educativos y formativos, para poder comprender mi evolución de creencias, desde una hortodoxia estrictamente católica practicante, hasta otras creencias, que no me obligan a renunciar a las que mis profesores me enseñaron, pero que me han abierto camino al descubrimiento del gran Poder de la Mente, que Dios nos ha dado y tanto con el “Desarrollo del Poder Mental”, como con el del “Ho´oponopono de Identidad Propia”, que hoy pretendo enseñaros, he podido alcanzar metas de superación increíbles.
A edad muy temprana tuve la suerte de ingresar como aspirante en la Congregación Salesiana, en la que permanecí durante 11 años de una formación muy intensa y eficaz; 5 cursos de Humanidades, 3 de Filosofía y 3 de profesor de bachillerato, en un ambiente de estudio y trabajo, que me han hecho una persona responsable y con una capacidad de trabajo en la que reconozco la mano de mis queridos salesianos, a los que nunca agradeceré bastante todo lo que han hecho por mí, motivo por el cual les estaré eternamente reconocido.
En el “Poder Mental” me encontré con temas de una eficacia inimaginable, como son la Programación, el Laboratorio, la Levitación de manos, La Radiestesia, tan eficaz para ver cómo están los chacras, como para la adivinación, la Regresión terapéutica, la Sanación, la Limpieza de negativos, la capacidad de mandar a la Luz a seres descarriados del mundo del bajo astral y un sinfín de técnicas de una eficacia asombrosa, que conocen los que ya han hecho el curso.
En el originalísimo tema del “Ho´oponopono encontramos algo muy parecido, una forma de solucionar problemas a través de la Divinidad. Pero antes me gustaría dejar bien sentados unos conceptos, que no todo el mundo tiene claros.
La idea que algunos tienen de Dios, no me gusta nada y creo que a Él, tampoco. Esa imagen de un ser justiciero, que nos castiga, estando encarnados y después desencarnados, si no nos portamos bien, está muy lejos de la realidad.
Los que nos castigamos para remediar el daño que hicimos a nuestros hermanos, somos nosotros mismos al autojuzgarnos y ver la realidad exacta de todo lo que hemos hecho, sin ningún tipo de disculpas ni atenuantes, al dejar el mundo.
Dios es amor y hemos venido a este mundo para aprender a amar y las faltas al amor nos producen un gran remordimiento al desencarnar y nos mueven a poner puntual remedio en sucesivas encarnaciones.
El concebir la oración como un trato: “si me concedes tal cosa, te prometo hacer esto o aquello, o ir en peregrinación”…, no me sirve. La mejor oración es el agradecimiento y es ¡tanto lo que le tenemos que agradecer por todo lo que ha hecho y hace por nosotros! Empezando por habernos creado y el poner a nuestro alcance todo lo que necesitamos para crecer, etc…
Dios, nuestro padre, nos ama siempre e incondicionalmente y está siempre a nuestra disposición. Sufre cuando sufrimos y se alegra cuando estamos contentos; nos ayuda en todo, si se lo pedimos; pero eso sí, respetando siempre la entera libertad que nos ha dado de hacer una cosa o la contraria.
Cuando alguien dice que Dios no existe, porque si existiera no permitiría que hubiera tanta maldad en este mundo, es ignorar que es el primero en sentirlo, pero también en respetar nuestra mejor cualidad, el libre albedrío. A Él no le gustó nada, pero tuvo que admitir que un humano matara a seis millones de judíos.
I.- QUÉ ES HO´OPONOPONO.
Morrnah Nalamaku Simeona, experta en el Ho´oponopono, ha sido la creadora y primera maestra del famoso método de “Ho´oponopono de la Identidad Propia”, que enseñó al psicólogo clínico Dr. Ihaleakala Hew Len a partir del año 1982, sometiéndolo a constante entrenamiento y asidua permanencia en su compañía durante un largo período de diez años.
M. N. Simeona lo creó sobre la base de un ancestral sistema de curación hawaiano denominado Ho´oponopono, que ella usaba para sanar y para conseguir cualquier objetivo.
Definía el Ho´oponopono como el proceso de poder liberarse de todas las energías tóxicas dentro de uno mismo para permitir el impacto de los pensamientos, palabras y obras de la Divinidad en nosotros.
Etimológicamente ho´oponopono quiere decir “hacer lo correcto” o “rectificar un error”. Según los antiguos hawaianos, el error proviene de pensamientos teñidos por los recuerdos del pasado, heredados de nuestros ancestros. Este método constituye un medio para liberar la energía de estos pensamientos dolorosos o errores, que son los que causan el desequilibrio y la enfermedad.
La Identidad Propia a través del Ho´oponopono consiste en hacerse al 100 por 100 responsable de los problemas de los pacientes, a diferencia de los enfoques tradicionales en los que la causa del problema estaba sólo en el paciente.
Para ser un solucionador de problemas, el terapeuta debe estar dispuesto a ser absolutamente el responsable de haber creado la situación problemática. Es decir, debe estar dispuesto a ver que la fuente de los problemas son los pensamientos erróneos que pasan por su propia cabeza.
Al ser responsable de una manera realista del problema, se hace responsable de solucionarlo, a través de un proceso de arrepentimiento, perdón y transmutación desarrollado por Simeona mediante el cual el terapeuta se hace capaz de transmutar los pensamiento erróneos suyos y los de su paciente, en perfectos pensamientos de amor.
Al ser desplazados los pensamientos erróneos en el terapeuta, quedan también desplazados en el paciente, en su familia y en sus parientes.
En la resolución de problemas el terapeuta toma su identidad, su mente, y la conecta con la Divinidad y apela al amor para que corrija los pensamientos erróneos de su cabeza, que se están materializando como un problema, en primer lugar para él mismo y, en segundo lugar para su paciente.
Por eso en el Ho´oponopono, cede parte de su libre albedrío para que la Divinidad le asista con su intuición y pueda “cocrear la Acción Inspirada” para la solución del problema.
La súplica es un proceso de arrepentimiento y perdón por parte del terapeuta: “desde mi interior pido perdón por los pensamientos erróneos que me han causado este problema a mí y a mi paciente; por favor, perdóname”
El Ho´oponopono nos hace ver cada problema no como una dura prueba, sino como una oportunidad. Los problemas son simplemente recuerdos del pasado que se repiten para darnos la oportunidad de verlos con los ojos del Amor y actuar con inspiración para resolverlos definitivamente.
Lo que hace M H Simeona para ayudar a sanar a las personas o ayudarlas a salir airosas de cualquier encrucijada que se les presente en la vida, es acudir al Creador Sagrado de nuestra elección, según las creencias de cada uno, que ella llama Divinidad, que está dentro de cada persona, porque somos en realidad una extensión de ese Divino Creador.
II.- UN POCO DE HISTORIA.
EL Dr. Len trabajó durante tres años en el Hospital Estatal de Hawai en el pabellón de delincuentes psicóticos y era tan peligroso que los psicólogos abandonaban al cabo de tres meses. El personal cogía con frecuencia la baja por enfermedad o renunciaba al empleo. Las personas pasaban por los pasillos con la espalda arrimada a la pared por miedo a ser atacados por los pacientes. No era un lugar agradable para vivir, trabajar o visitar.
El Dr. Len jamás visitó a los pacientes de forma profesional pasando consulta con ellos. Firmó un acuerdo con la gerencia del Centro para revisar sus historias clínicas y mientras repasaba sus expedientes, trabajaba en sí mismo. Y al trabajar en sí mismo, los pacientes empezaron a curarse.
Limpiaba la parte de él que compartía con los pacientes, haciéndose responsable porque el problema no estaba en ellos, sino en él y para poder cambiarlos tenía que cambiar él.
Al cabo de unos meses, pacientes que habían estado sujetos con grilletes tenían permiso para caminar libremente. A otros que habían estado fuertemente medicados les reducían la medicación. Y aquellos que no tenían la menor oportunidad de recibir el alta médica, la recibieron y fueron puestos en libertad. Aquel pabellón poco a poco se fue quedando vacío.
El asumir la responsabilidad total quiere decir que era hacerse responsable de todo lo que ocurría en la vida de los pacientes, porque formaban parte de su propia vida de alguna manera y por eso todo lo que veía, escuchaba, saboreaba, tocaba o experimentaba de cualquier otra forma, era de su exclusiva y entera responsabilidad.
Esto quiere decir que todo lo que experimentemos y no nos guste, está allí para que lo sanemos o rectifiquemos, porque no existe, por así decirlo, salvo como una proyección de nuestra mente: el problema no está en ellos; está en nosotros y para que lo sanemos, nos deberemos sanar a nosotros mismos.
Preguntado el Dr. Len cómo hacía para sanarse a sí mismo decía: Sólo permanecía diciendo “lo siento” y “te amo” sin parar. Resulta que amarte a ti mismo es la forma idónea de mejorar, de conseguir, de alcanzar. Y cuando tú mejoras, tu mundo mejora contigo.
Cuando le llegaba un paciente nuevo siempre acudía a la Divinidad para que fuera liberado y se preguntaba a sí mismo: ¿Qué está pasando en mi interior que ha causado este problema, y cómo puedo rectificarlo en mí? Y esto de curarse desde dentro hacia fuera es lo da origen al nombre de “Ho´oponopono de Identidad Propia”.
Nuestras mentes conscientes no tienen la menor idea de lo que está sucediendo. Cada segundo millones de fragmentos de información llegan a tropel a nuestros sentidos, pero nuestra conciencia, como mucho, procesa quizás cuarenta fragmentos por segundo, de forma que millones y millones de fragmentos son condensados en una experiencia consciente que no contiene prácticamente ninguna información en absoluto.
Él terapeuta sólo sabe que al limpiarse dentro de sí mismo, él se libera y cuando él se libera, el mundo se libera. Para él, la única manera de arreglar cualquier cosa exterior es diciéndole “te amo” a la Divinidad, que podría describirse como Dios, la Vida, el Universo o cualquier término para nombrar al poder colectivo superior, que tenga cada uno.
III.- CÓMO ACTÚA.
Cuando borras algo de tu ordenador, a dónde va? A la papelera de reciclaje. Es decir, sigue en tu ordenador, pero está fuera de tu vista. Con nuestros recuerdos sucede lo mismo, están todavía en nosotros, pero fuera de la vista. Lo que interesa es borrarlos por completo y para siempre.
Podemos vivir la vida de dos maneras. “desde las memorias o desde la inspiración”. Los recuerdos son viejos programas que se repiten en nuestra mente.
Cuando alguien nos hace algo que consideramos injusto o cuando nos dice algo que nos moleta, en lugar de contestar de inmediato con nuestro punto de vista o negarle la menor razón, podemos repetir mentalmente “te amo, te amo, te amo” o “gracias, gracias, gracias”. Son herramientas que suelen provocar resultados sorprendentes.
Desde la inspiración, damos lugar a que La Divinidad nos pueda trasmitir su mensaje. Por eso, lo que más nos conviene es la inspiración. La única manera de escuchar a la Divinidad y recibir inspiración es liberando todos los recuerdos, por lo tanto, lo único que tenemos que hacer es limpiar, limpiar y limpiar.
La Divinidad establece el estado cero, es decir, donde tenemos cero límites y donde no hay ya ninguna memoria que nos pueda perjudicar.
En la vida hay momentos en que alcanzamos el estado de cero límites, pero en la mayor parte del tiempo lo que tenemos entre manos son bobadas inútiles, lo que llamamos memorias que se repiten. Cuando el Dr. Len trabajaba en el hospital psiquiátrico y miraba las gráficas de la evolución de los pacientes, sentía dolor dentro de él. Era una memoria compartida, un programa que causaba que los pacientes actuaran de la forma que lo hacían. No tenían control, estaban enredados en un programa. El en cuanto podía sentir el programa lo limpiaba en él y sus pacientes quedaban limpios.
Lo maravilloso del ho´oponopono es que, a través de este método, te encuentras a ti mismo de nuevo en cada momento; y que, a medida que lo aplicas, empiezas a apreciar más el milagro renovado del amor, que soluciona todos los entuertos.
Tienes que manejar tu vida y tus relaciones de acuerdo con los siguientes principios:
1.- Todo el universo físico no es más, de alguna manera, que una materialización de mis pensamientos.
2.- Si mis pensamientos son cancerosos, crearán una realidad física cancerosa.
3.- Si mis pensamientos son perfectos, crearán una realidad física rebosante de amor.
4.- Soy absolutamente responsable de crear un universo físico perfecto.
5.- Soy responsable de corregir los pensamientos que crean una realidad enfermiza.
6.- No hay “un ahí fuera” y todo lo que hay, existe, de alguna manera, como un pensamiento en mi mente.
Morrnah Simeona para ayudar a sanar o ayudar a una persona a superar cualquier tipo de dificultad, recitaba unas frases a modo de oración:
“Divino creador, padre, madre, hijo, todos en uno… Si yo, mis parientes y antepasados te hemos ofendido a ti, a tus parientes y antepasados de palabra, obra u omisión, desde el principio de nuestra creación hasta el presente, pedimos humildemente tu perdón…Deja que esto limpie, purifique, libere y borre todas las memorias, bloqueos, energías y vibraciones negativas, y que esas energías no deseables se transmuten en Luz, Paz y Energía positiva”. Y ya está hecho.
IV.- PRINCIPIOS BÁSICOS DEL ESTADO DE CERO LÍMITES
1º.- HAY CUATRO DECLARACIONES BÁSICAS que tenemos que repetir constantemente una y otra vez ante cualquier problema que se presente. Y son:
A.- LO SIENTO, no es otra cosa más que poder expresar nuestro sentir al saber de un problema, que nada más conocerlo lo hacemos nuestro considerándonos, no culpables, pero sí plenamente responsables, porque además de ser todos hermanos, ya está de alguna manera en nuestra vida y tenemos la ineludible obligación de ayudarnos generosamente con todas las herramientas que estén a nuestro alcance.
Piensa que lo que ves en los demás también está en ti, de forma que toda sanación es autosanación. Al decir “lo siento” admites que algo se ha metido en tu sistema cuerpo-mente. No tienes idea de cómo llegó allí, pero tampoco necesitas saberlo, y expresas a la Divinidad que quieres el perdón por cualquier cosa que tienes la oportunidad de corregir; pero no estás pidiendo a la Divinidad que te perdone sino también que te ayude a perdonarte a ti mismo.
B.- PERDÓNAME. El Ho-oponopono es todo un proceso de perdón, arrepentimiento y transformación. Cada vez que usamos alguna de sus herramientas, estamos asumiendo la absoluta responsabilidad y pidiendo perdón por nosotros mismos porque todo lo que aparece en nuestras vidas no es más que una proyección de nuestros “programas” y memorias.
Tenemos que pedir perdón sin juzgar a nadie y asumiendo la absoluta responsabilidad de nuestra vida sin excepciones.
Se quejaba el Dr. Len que desde hacía unos años había hecho el trato consigo mismo de que se concedería el placer de una copa de helado con frutas bañadas de caramelo, si conseguía pasar todo un día sin emitir ningún juicio de valor sobre nadie y ¡nunca lo había conseguido!
Notó que lograba refrenarse con más frecuencia, pero nunca había pasado todo un día sin juzgar a nadie y, aunque había trabajado mucho este tema consigo mismo, todavía perdía los estribos con ciertas personas o situaciones y estaba lejos de estar lleno de amor en todas las circunstancias”.
No olvidemos que pedimos perdón a la Divinidad, no porque Ella necesite oírlo, sino porque nosotros tenemos la necesidad imperiosa de oírlo para conseguir el estado de cero límites y nos volvamos puros de nacimiento sin programas ni memorias.
C.- TE AMO es la frase ineludible para poder limpiar cualquier programa restrictivo que salga al paso para poder alcanzar el estado de cero límites, que ha de preceder a la intuición que suministra la Divinidad.
No somos malos por tener un resfriado, pero tenemos que hacer todo lo necesario para eliminarlo. Con los programas hacemos lo mismo, los pescamos y cuando vemos un programa en otra persona, ya lo tenemos nosotros también. Hay que limpiarlo y la forma más segura es el repetir el “te amo”, reiteradamente, que desencadena la sanación.
Pero lo usas en ti, no en otros: su problema es tu problema y acuérdate de que trabajar en ellos no te ayuda a ti. Ellos no necesitan curarse; tú sí. Tienes que sanarte a ti mismo y al sanarte tú, quedan sanos los demás.
El “te amo” trasmuta la energía, que pasa de estar estancada a fluir hacia el estado cero, que es de puro amor y no conoce límites.
D.- GRACIAS. El saber dar las gracias es la mejor oración a la Divinidad para conseguir esa intuición, una vez eliminadas las memorias con el estado del cero límites, para poder sanar, alcanzar, superar, vencer…
Cuando dices gracias estás expresando gratitud y mostrando tu fe en la terapia para el mejor bien de todos los implicados.
2º.- NORMAS INDISPENSABLES A TENER EN CUENTA:
a.- No tienes la menor idea de lo que está sucediendo. No puedes ser consciente de todo lo que ocurre dentro de ti ni de los demás a tu alrededor, consciente o inconscientemente. Tu cuerpo y tu mente están regulándose por si solos ahora mismo, sin que te des cuenta, pero es cierto que estás cocreando ahora mismo tu propia realidad inconscientemente.
b.- No tienes control sobre todas las cosas. Tienes elección pero no tienes el control. Puedes usar tu mente consciente para empezar a escoger lo que prefieras experimentar, pero tienes que olvidarte del hecho de si se manifiesta o no, ni cómo, ni cuándo…
c.- Puedes sanar todo lo que se te cruce en tu camino. Cualquier cosa que aparezca en tu vida, no importa cómo llegaste hasta ella, pero está ahí para sanarla, para vencerla, para superarla porque ha entrado en tu espacio. Partimos de la base de que, si lo puedes sentir, lo puedes conseguir. Si lo ves en otra persona y te molesta, tienes que sanarlo. Cuanto más sanes lo que sale a la superficie, más claramente podrás manifestar lo que prefieres, porque estarás liberando energías estancadas en otros asuntos.
d.- Eres responsable absoluto sobre todo lo que experimentas. Lo que sucede en tu vida no es culpa tuya, pero sí tu responsabilidad. El concepto de responsabilidad personal va más allá de lo que dices, haces o piensas. Incluye lo que otros dicen, hacen o piensan y que aparecen en tu vida. Si asumes la responsabilidad plena de todo lo que surge en tu vida, entonces, cuando alguien se presenta con un problema, ese problema pasa a ser tuyo también. Cuánto más sanes, venzas, y consigas lo que surja, más lograrás estar en sintonía con la Divinidad.
e.- Tu billete de ida al estado de cero límites es la frase “te amo”. El pase que te permite llegar a la paz de la consecución es la simple frase “te amo”. El decírselo a la Divinidad hace que lo limpie todo en ti y te haga capaz de poder experimentar el milagro de ese momento: los cero límites. La idea es amarlo todo: el exceso de grasa, la adición, ese hijo o cónyuge problemático; todo. El amor trasmuta la energía estancada y la libera. Decir “te amo” es el “ábrete sésamo” que te permite experimentar la Divinidad.
f.- La inspiración es más importante que la intención. La intención es un juguete de la mente: en cambio la inspiración es una directiva de la Divinidad. En algún momento te rendirás y comenzarás a escuchar, en lugar de solo implorar y esperar. La intención sólo trata de controlar la vida en base a la limitada visión del ego. La inspiración es recibir el mensaje de la Divinidad para después acertar en la solución. La intención surte efectos y tiene resultados; la inspiración surte efectos y obra milagros.
V.- ALGUNOS EJEMPLOS DE RESOLUCIONES FAVORABLES OBTENIDAS POR MEDIO DEL HO´OPONOPONO.
1º.- Un día una cursillista, al acabar una de las sesiones, de repente se echó a llorar desconsoladamente. Al preguntarle sobre el motivo de su llanto, comentó: ahora sé por qué me puse enferma el otro día cuando hice una sanación a una persona con el Ho´ponopono. Sé que he estado absorbiendo sus aflicciones. Yo sabía que tenía que hacerlo y lo he hecho de mil amores, pero he omitido el limpiar a “cero límites” para eliminarlas por completo.
La cursillista captó (intuición) lo que no captan la mayoría de los sanadores: que el paciente es perfecto y no es el problema. El sanador, tampoco; el problema son las memorias erróneas que se repiten en el subconsciente y que el sanador tiene en común con su paciente.
Mientras las memorias (bloqueos/limitaciones) estén presentes en el subconsciente impedirán a la Divinidad darnos su intuición. Una vez hecha la limpieza a cero límites, el tema quedará perfectamente “solucionado”.
2º.- Una vez, otra cursillista se sentía minusvalorada por el profesor porque cada vez que le hacía una pregunta, él la dejaba en mal lugar, como si le faltara al respeto. Muy enojada se levantó y se fue el wc para poder contener su rabia.
Una parte de ella no quería liberarse de aquella furia, y otra le instaba a decir a la Divinidad: ”Lo siento, perdóname, te amo, gracias”. Continuó diciéndolo a la vez que advertía que no era una emoción nueva; que ya había sentido esa misma rabia cada vez que su marido la menospreciaba o que su madre insistía en tener razón contra viento y marea.
Entonces cayó en la cuenta (intuición) de que se trataba de un viejo recuerdo. Arreció en decir una y otra vez: “Lo siento, perdóname, gracias, te amo” y volvió a la clase y empezó a sentir amor y cesaron todas las emociones anteriores.
3º.- Comenta otra persona que después de fuertes discusiones con su hijo y con su marido sobre los problemas frecuentes con su PC, que el técnico no pudo resolver, y después de las posibles opciones de compra de otro nuevo y de citar todas las marcas económicas que conocían, se fue al trabajo bastante enojada con los dos, sin saber qué decisión tomar, porque la situación económica no era muy brillante.
Cuando llegó de nuevo a casa la recibieron su hijo y marido muy risueños diciéndole: Adivina qué hemos determinado mientras estabas fuera. – ¿Un ordenador nuevo?, aventuró ella.
Sí señora, y nada menos que un Apple! (intuición). Entonces fue ella la que se sinceró con ellos y les dijo que después de serenarse de la discusión que habían tenido los tres, se puso a repetir con mucha frecuencia las cuatro frases mágicas del Ho´oponopono: “lo siento, perdóname, te amo y gracias” a la Divinidad… Al principio sin mucha confianza, pero a medida que las iba repitiendo, notó que su fe en la mejor solución crecía por momentos y las repitió constantemente en el camino de vuelta a casa y ¡Oh sorpresa!: el mejor ordenador que les salió por el precio de uno normal.
4º.- Cuenta un señor que tenía una empleada que había estado ingresando comisiones por ventas bastante mayores que las que le pertenecían, lo que suponía una pérdida significativa para su modesta empresa.
Al advertirle la desviación fraudulenta, ella negó rotundamente cualquier tipo de error en sus comisiones. Se trataba de una muy buena trabajadora, pero que difícilmente podría conseguir otro trabajo tan bien retribuido en otra empresa.
Sintió compasión por ella, pero al tiempo se vio traicionado. En días posteriores evitó tener encuentros con ella, mientras dilucidaba la manera de proceder.
Consultó con un compañero que practicaba con mucho acierto el método de Ho´oponopono y éste le explicó los pasos a seguir para eliminar la energía negativa:
Primero, tenía que saber que era él el que había atraído esa situación; algo que no es precisamente muy fácil de entender, pero que era esencial para solucionar el proceso.
Después, tenía que perdonarse a sí mismo, a la empleada y a toda la energía que la rodeaba.
Por último, tenía que declarar nuevas intenciones respecto a cómo deseaba que fuera la nueva situación y empezara a recitar las palabras sanadoras del Dr. Len: “Lo siento, perdóname, te amo y gracias” una y otra vez sin desmayo.
EL resultado fue extraordinario: la ira y el dolor desaparecieron por completo y en lo sucesivo el trato con la empleada en la empresa fue inmejorable.
VI.- ESQUEMAS EXPLICATIVOS DE LAS DISTINTAS PARTES DE LA PERSONA Y QUÉ FUNCIÓN DESEMPEÑA CADA UNA.
El Ho´oponopono es un proceso de arrepentimiento, perdón y transmutación. Es una petición de amor a la Divinidad para que vacíe y reemplace todas las energías tóxicas que nos impiden alcanzar objetivos y resolver nuestros problemas.
-INTELIGENCIA DIVINA es la que preside todo el proceso y ejecuta la limpieza del Hoóponopono reduciendo las memorias a cero límites, enviando abundante energía a la
-MENTE SUPRACONSCIENTE, que es la parte “espiritual”, que nos conecta con la Divinidad, de la que somos una continuación. Es siempre perfecta, es la parte que sabe y tiene bien claro quién es en todo momento, y a la
-MENTE CONSCIENTE, que es la parte “i n t e l e c t u a “l, que tiene la facultad de elegir, porque dispone del libre albedrío, si nuestro conocimiento es capaz y podemos resolverlo todo por nuestra cuenta o debemos acudir a la Divinidad. Es el que decide actuar con el Hó´onopono para deshacernos de todas las energías tóxicas que abundan en nuestras memorias, y a la
-MENTE SUBCONSCIENTE, que es la parte ”e m o c i o n a l” en la que se almacenan todos los recuerdos ancestrales de nuestros antepasados, los heredados de nuestra familia y los nuestros propios, que con frecuencia nos inducen al error.
FIGURA 1: Estado vacío o cero límites
En el subconsciente tenemos almacenados todos nuestros recuerdos, pero muchos de estos recuerdos están dormidos y acomodados en el banco de nuestra memoria sin ocasionarnos ningún problema; pero cuando las personas que aparecen en nuestras vidas activan esos recuerdos, las memorias se convierten en pensamientos y se manifiestan en forma de un problema, dándonos la oportunidad de responsabilizarnos al cien por cien y decir “lo siento, perdóname, te amo, gracias” para situarnos en cero límites para poder abrirnos a la intuición, que procede de la Divinidad para tomar el camino acertado y poder solucionarlo.
FIGURA 2:
Estado de Inspiración – Estado de repetición de recuerdos
FIGURA 3: Arrepentimiento y perdón.
FIGURA 4:
Transmutación por la Inteligencia Divina – La Solución.
La energía de trasmutación fluye abundante desde la Inteligencia Divina a la mente supraconsciente, a la consciente y a la subconsciente, en la que neutraliza las memorias estableciendo el espacio vacío (cero límites), dando paso a la Intuición.
MODUS OPERANDI.- Ante cualquier problema del que tenemos conocimiento, tras hacerlo nuestro, porque ya forma parte de nuestra vida, nos responsabilizamos de él al ciento por ciento, iniciando el proceso de Ho´oponopono de la siguiente manera:
1º Recitamos la oración del Divino Creado del tema III…
2º Acudimos a nuestro subconsciente y pedimos al Unihipili, situado en el chacra umbilical, que suba al chacra coronario, abra la puerta de entrada a la energía y suplique, con ese candor infantil que le caracteriza, a la Inteligencia Divina para que derrame abundante energía sobre nuestro Supraconsciente, Consciente y Subconsciente, y en éste practique el “límite cero” eliminando todas las memorias ancestrales de las energías negativas, transmutándolas en pura LUZ, AMOR y ENERGÍA.
3º En el acto procedemos a repetir una y otra vez sin desmayo las famosas frases del Ho´oponopono: ”lo siento, perdóname, te amo y gracias” con mucha fe y gran sentimiento, repitiéndolo incontables veces.
4º Ya no seguimos para nada los recuerdos y memorias, que estaban ubicadas en el subconsciente, sino la Intuición de la Divinidad que nos asiste y nos conduce al éxito.